Cuaderno de crítica literaria | José Ángel Cilleruelo

lunes, 28 de julio de 2014

¿DÓNDE EXISTO? «Ubi Sunt», de Manuel de Freitas


Manuel de Freitas. Ubi Sunt. 
Averno 068. Lisboa, 2014

«Ubi sunt» es el tópico por excelencia de la poesía elegíaca clásica. Manuel de Freitas (1972) lo nombra en el título cuya numeración, entre libros y cuadernos de poesía, coincide más o menos con la edad que ahora tiene. Es posible que, en su sentido, haya querido reformularlo desde el principio, por ejemplo en Game Over (2002). La extrema conciencia elegíaca en los primeros pasos de su obra, sin embargo, no era tanto una experiencia de lo que ya no está como una experiencia de lo que está y su sinsentido. De hecho, sus primeros libros dan cuenta, desde el intenso lirismo con el que están escritos, del inmenso repertorio de personas, conocimientos y sensaciones que están condenados a muerte junto al sujeto.
     Ubi sunt, ahora ya como título dentro de la obra de Manuel de Freitas, señala una inflexión hacia la concepción clásica de lo elegíaco: la meditación sobre las pérdidas. Esta reflexión prende en poemas sobre ausencias concretas. Pero no es esta, como parecería señalar el tópico latino, la finalidad del libro. Solo se trata del primer paso, el reconocimiento de la esencia clásica del tópico literario dentro de la poética propia, es decir, como una manifestación de afectos que el tiempo ha modificado. Así, la elegía de algunos personajes que han acompañado la escritura desde sus primeros versos —o Inácio, a Zulmira, o Neves…—, de lugares que ya han entrado en su particular mitología —o café Estádio—, o de ciudades que han amputado el encanto que habían desplegado durante la juventud, como Coimbra, Lisboa o Santarem: «Tenho, porém, a certeza de que vi hoje / fechadas, remodeladas ou devolutas / todas as tabernas e livrarias / em que vorazmente dissipei a minha juventude» (Tengo, sin embargo, la certeza de que he visto hoy / cerradas, remodeladas o abandonadas / todas las tabernas y librerías / donde vorazmente disipé mi juventud.).
     En una segunda interpretación del «Ubi sunt», ya con un carácter transversal en el conjunto de los poemas, Manuel de Freitas refleja el estado de ánimo —«de alma», sería acaso más exacto decir— que surge de la convivencia con la muerte del padre y con la enfermedad y fallecimiento de la madre. Esta condición biográfica modifica el punto de fuga que pendía sobre la inocencia del relato que cada texto suyo construye. Si antes era la muerte, abstracta y existencial, ahora lo es la pérdida concreta de la biografía personal, que apunta con su sinsentido directamente al sentido que se otorga a la poesía. El poema en prosa «O fogo e o gelo» parte de una hoja encontrada en una casete de Tom Waits, el olvido de su significado contrasta, en el poema con un recuerdo: «Se me lembro tão bem dessa noite foi por ter sido a primeira em que a minha mãe me veio encontrar adormecido, com uma garrafa de whisky ao lado» (Si me acuerdo tan bien de aquella noche fue porque fue la primera en la que mi madre me descubrió dormido con una botella de whisky al lado) .  Y este recuerdo conduce a la única certidumbre, el punto de fuga que otorga perspectiva al relato poético: «Já não espero, da poesia, qualquer tipo de rendenção. E as mães —vem nos livros, mas lê-s fora deles— são, como nós, imensamente mortais» (Ya no espero, de la poesía, ningún tipo de redención. Y las madres —está en los libros, pero se lee fuera— son, como nosotros, inmensamente mortales).
     Hay en Ubi sunt una tercera lectura del tópico elegíaco, la que presenta un mayor vínculo con el epicentro lírico de la obra. Se podría denominar Ubi sum. Desde los primeros poemas, la conciencia lírica de Manuel de Freitas ha mostrado una intensidad subjetiva, obvia, pero que adquiría densidad cruzándose con una extensión objetiva, la inclusión en el círculo del sujeto de los elementos que este descubría en la realidad (y que le permitían descubrirse a sí mismo, claro). Sus poemas no evocaban un sujeto en la taberna o en la ciudad, sino la taberna o la ciudad como sujetos, al mismo nivel que el yo, del poema. Este sujeto lírico polimórfico era también la base de una construcción elegíaca abstracta y existencial. Todo cuanto encontraba en la realidad, génesis siempre del poema, era absorbido por la tensión centrípeta del yo y de su extrema conciencia de la mortalidad hasta formar parte de él (y, por consiguiente, de esta). Conviene señalar que este proceso presenta una única exigencia: no se trata nunca de una realidad encontrada, es decir, apriorística o social (hecho que explica el malentendido en el poema «Largo do Calvário» sobre el término «questões sociais»), sino de una realidad privada, descubierta o, mejor, conquistada por el sujeto. Una realidad que solo alcanza su razón de ser poético cuando el sujeto, a posteriori, la concibe como parte de él. Este sujeto aglutinador de realidades es ahora quien ha de reflexionar sobre las pérdidas no solo de lo circunstancial, sino también de lo que había considerado parte de sí mismo. Decir «Ubi sunt» es, en la lengua poética de Manuel de Freitas, descifrar la esencia paradójica del ser  —«Ubi sum»—, el yo convocado a escribir su elegía.
     Este es el sentido más profundo de Ubi Sunt, el libro publicado en junio de 2014 por Manuel de Freitas. Y como enseguida se comprende, va mucho más allá de la concepción clásica del poema elegíaco. Incluso en su formulación, pues si el canon impone una unidad formal, el poeta contemporáneo rompe incluso el molde del verso para mezclarlo con la prosa, y rompe, sobre todo, la voz que medita sobre el dolor («Houve um tempo em que me apetecia escrever bem, enaltecer a dor» Hubo una época en la que me apetecía escribir bien, enaltecer el dolor), en favor del laconismo, del desconcierto y del desmembramiento de la conciencia. No se trata de un libro unitario sobre el dolor de las ausencias, sino un libro troceado donde las pequeñas y caóticas pérdidas son incapaces ya de aumentar el sinsentido que fue su vida y solo le ofrecen al sujeto la más indigna e irreconciliable de las opciones, asentir ante su desaparición. De ahí que el único sentido posible ya solo sea el que apunta un lacónico poema, cuyo último verso sea acaso el emblema del laconismo que cifra el lacónico dictado de Ubi Sunt: «Agora é mais simples: despeço-me» (Ahora es más sencillo: me despido). La vida como despedida de la vida, la paradoja del Ubi sum


[Inédito]


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