Manuel de Freitas. Ubi Sunt.
Averno 068. Lisboa, 2014
«Ubi sunt» es el tópico por
excelencia de la poesía elegíaca clásica. Manuel de Freitas (1972) lo nombra en
el título cuya numeración, entre libros y cuadernos de poesía, coincide más o
menos con la edad que ahora tiene. Es posible que, en su sentido, haya querido
reformularlo desde el principio, por ejemplo en Game Over (2002). La extrema conciencia elegíaca en los primeros
pasos de su obra, sin embargo, no era tanto una experiencia de lo que ya no está
como una experiencia de lo que está y su sinsentido. De hecho, sus primeros
libros dan cuenta, desde el intenso lirismo con el que están escritos, del
inmenso repertorio de personas, conocimientos y sensaciones que están
condenados a muerte junto al sujeto.
Ubi sunt, ahora ya como título dentro de la obra de Manuel de
Freitas, señala una inflexión hacia la concepción clásica de lo elegíaco: la
meditación sobre las pérdidas. Esta reflexión prende en poemas sobre ausencias
concretas. Pero no es esta, como parecería señalar el tópico latino, la
finalidad del libro. Solo se trata del primer paso, el reconocimiento de la
esencia clásica del tópico literario dentro de la poética propia, es decir,
como una manifestación de afectos que el tiempo ha modificado. Así, la elegía
de algunos personajes que han acompañado la escritura desde sus primeros versos
—o Inácio, a Zulmira, o Neves…—, de lugares que ya han entrado en su particular
mitología —o café Estádio—, o de ciudades
que han amputado el encanto que habían desplegado durante la juventud, como
Coimbra, Lisboa o Santarem: «Tenho, porém, a certeza de que vi hoje / fechadas,
remodeladas ou devolutas / todas as tabernas e livrarias / em que vorazmente
dissipei a minha juventude» (Tengo, sin
embargo, la certeza de que he visto hoy / cerradas, remodeladas o abandonadas /
todas las tabernas y librerías / donde vorazmente disipé mi juventud.).
En una segunda interpretación del
«Ubi sunt», ya con un carácter transversal en el conjunto de los poemas, Manuel
de Freitas refleja el estado de ánimo —«de alma», sería acaso más exacto decir—
que surge de la convivencia con la muerte del padre y con la enfermedad y
fallecimiento de la madre. Esta condición biográfica modifica el punto de fuga
que pendía sobre la inocencia del relato que cada texto suyo construye. Si
antes era la muerte, abstracta y existencial, ahora lo es la pérdida concreta
de la biografía personal, que apunta con su sinsentido directamente al sentido
que se otorga a la poesía. El poema en prosa «O fogo e o gelo» parte de una
hoja encontrada en una casete de Tom Waits, el olvido de su significado contrasta,
en el poema con un recuerdo: «Se me lembro tão bem dessa noite foi por ter sido
a primeira em que a minha mãe me veio encontrar adormecido, com uma garrafa de
whisky ao lado» (Si me acuerdo tan bien
de aquella noche fue porque fue la primera en la que mi madre me descubrió
dormido con una botella de whisky al lado) . Y este recuerdo conduce a la única
certidumbre, el punto de fuga que otorga perspectiva al relato poético: «Já não
espero, da poesia, qualquer tipo de rendenção. E as mães —vem nos livros, mas lê-s fora deles—
são, como nós, imensamente mortais» (Ya
no espero, de la poesía, ningún tipo de redención. Y las madres —está en los libros, pero se
lee fuera— son, como nosotros, inmensamente mortales).
Hay en Ubi sunt una tercera lectura del tópico elegíaco, la que presenta
un mayor vínculo con el epicentro lírico de la obra. Se podría denominar Ubi sum. Desde los primeros poemas, la
conciencia lírica de Manuel de Freitas ha mostrado una intensidad subjetiva,
obvia, pero que adquiría densidad cruzándose con una extensión objetiva, la
inclusión en el círculo del sujeto de los elementos que este descubría en la
realidad (y que le permitían descubrirse a sí mismo, claro). Sus poemas no
evocaban un sujeto en la taberna o en la ciudad, sino la taberna o la ciudad
como sujetos, al mismo nivel que el yo, del poema. Este sujeto lírico
polimórfico era también la base de una construcción elegíaca abstracta y
existencial. Todo cuanto encontraba en la realidad, génesis siempre del poema,
era absorbido por la tensión centrípeta del yo y de su extrema conciencia de la
mortalidad hasta formar parte de él (y, por consiguiente, de esta). Conviene
señalar que este proceso presenta una única exigencia: no se trata nunca de una
realidad encontrada, es decir,
apriorística o social (hecho que explica el malentendido en el poema «Largo do
Calvário» sobre el término «questões sociais»), sino de una realidad privada,
descubierta o, mejor, conquistada por el sujeto. Una realidad que solo alcanza
su razón de ser poético cuando el sujeto, a posteriori, la concibe como parte
de él. Este sujeto aglutinador de realidades es ahora quien ha de reflexionar
sobre las pérdidas no solo de lo circunstancial, sino también de lo que había
considerado parte de sí mismo. Decir «Ubi sunt» es, en la lengua poética de
Manuel de Freitas, descifrar la esencia paradójica del ser —«Ubi sum»—, el yo convocado a escribir su
elegía.
Este es el sentido más profundo
de Ubi Sunt, el libro publicado en
junio de 2014 por Manuel de Freitas. Y como enseguida se comprende, va mucho
más allá de la concepción clásica del poema elegíaco. Incluso en su
formulación, pues si el canon impone una unidad formal, el poeta contemporáneo
rompe incluso el molde del verso para mezclarlo con la prosa, y rompe, sobre
todo, la voz que medita sobre el dolor («Houve um tempo em que me apetecia
escrever bem, enaltecer a dor» Hubo una
época en la que me apetecía escribir bien, enaltecer el dolor), en favor
del laconismo, del desconcierto y del desmembramiento de la conciencia. No se
trata de un libro unitario sobre el dolor de las ausencias, sino un libro
troceado donde las pequeñas y caóticas pérdidas son incapaces ya de aumentar el
sinsentido que fue su vida y solo le ofrecen al sujeto la más indigna e
irreconciliable de las opciones, asentir ante su desaparición. De ahí que el
único sentido posible ya solo sea el que apunta un lacónico poema, cuyo último
verso sea acaso el emblema del laconismo que cifra el lacónico dictado de Ubi Sunt: «Agora é mais simples:
despeço-me» (Ahora es más sencillo: me
despido). La vida como despedida de la vida, la paradoja del Ubi sum.
[Inédito]
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