Cuaderno de crítica literaria | José Ángel Cilleruelo

sábado, 27 de agosto de 2022

Ideas del futuro en un escritor de cuentos, César Martín Ortiz




Necroesfera (Tenerife, 2018) es el segundo de los cuatro libros de narrativa póstumos de César Martín Ortiz (1958-2010) que ha publicado la editorial Baile del Sol. Lo presenta la editorial, y también Gonzalo Hidalgo Bayal en una nota de contracubierta, como una novela inédita. Pero en la primera impresión que produce su lectura ya se advierte que el término «novela» no nombra en absoluto la experiencia que le lector ha tenido. 

         En vida César Martín Ortiz publicó tres libros de relatos breves y, desde el punto de vista estructural, convencionales. Destaca en ellos la perfección de la prosa, la precisión del dibujo psicológico de los personajes y lo sugerente de los ambientes. Los tres libros de relatos impresos en el curso de su actividad como escritor muestran un autor diestro e inteligente, pero añaden poco a la historia del género que practica. Todo lo contrario ocurre cuando se publica, con carácter póstumo, Cien centavos (2015). Aunque posiblemente inconcluso —algo que no afecta en absoluto a su altura literaria—, quizá sea el libro de relatos más decisivo que se haya publicado en las últimas décadas. Propósito literario, estructura y tono se alían para construir un libro mayor, capaz de condensar una sensibilidad singular y una época a partir de la escritura de cuentos breves, «centavos».

         Las cuatrocientas páginas de Necroesfera, libro que se inscribe con mayúsculas en el género de la ciencia ficción, aunque no en el sector aventurero ni fantasioso, sino dentro de la densa tradición que lo ha utilizado como forma de establecer, desde el futuro, un juicio de las pulsiones del presente. Hay muchas novelas, con técnicas diversas, en la historia de la ciencia ficción, pero la importancia de este libro, en el género, es que está escrito a partir de relatos. Es cierto que los cuentos —y no todos— comparten algunas referencias comunes. Pero son muy pocas en esta extensa narración fragmentada, apenas la existencia de un planeta denominado Madre, de donde procede una nave que es derribada y a causa del ataque queda abandonado en lugares incógnitos de Tierra uno de sus pilotos. Estos datos son, en los capítulos donde aparecen, meramente contextuales, pues cada capítulo es, en realidad un relato, con asunto, desarrollo, personajes y tema propios. Relatos que en ocasiones se fragmentan, creando relatos dentro del propio relato, en un juego literario de extraordinario dinamismo.

         Cada uno de los relatos, por su parte, está escindido en dos narraciones que se van cruzando. Es decir, cada uno de los relatos está construido con dos relatos diferentes entrelazados. En ocasiones el cambio de letra a cursiva indica el entreverado de uno y otro. Esta doble narración, con trama y personajes diferentes en cada uno de los relatos, subraya sus contrastes no solo mediante estos aspectos obvios, sino especialmente a través del espacio y del tiempo, de modo que el conjunto va componiendo también una cronología y una geografía básicas de la Tierra entre el pasado, las décadas no demasiado lejanas del presente donde empieza el desmoronamiento colectivo y un futuro muy lejano. En lenguaje cinematográfico se diría que el conjunto incluye relatos-precuela y relatos-secuela de la destrucción de las comunidades humanas en el siglo XXI.

         En esta complejidad de ideación y estructural reside el valor literario de Necroesfera, y el hecho de que se haya elaborado a través de capítulos que se pueden identificar antes con relatos que con una única narración novelística proporciona al libro una dimensión renovadora y un hito en su género de escritura. El relato sale de este libro convertido también en un maestro no solo de los asuntos menudos, sino de las grandes extensiones astrales que necesita la ciencia ficción para dar cauce a sus universos.

         Esta pequeña reflexión sobre el género no agota el comentario ni la comprensión del libro, obviamente. Necroesfera es un extraordinario análisis de la historia crítica de los humanos, los sapiens, trazado desde la perspectiva, nada fácil de establecer conceptualmente, de quien no pertenece a la especie. La visión ácida y devastadora de los hábitos y costumbres sociales de César Martín Ortiz cobra vida en personajes perfectamente dibujados y en tramas cuya intriga convierte el paso de las páginas en un ventilador.


[Inédito]

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