I
[El Ciervo nº 771. Septiembre-Octubre, 2018]
II Adenda
(Esta ha sido la tercera ocasión
en la que he leído el libro de Jesús Aguado. Cada una en un ejemplar diferente.
La primera fue en octubre de 2006. El volumen se titulaba La astucia del vacío. Cuadernos de Benarés 1987-2004. Lo había publicado un mínima editorial
malagueña, Narila, dirigida por la poeta Aurora Luque. Es un libro raro. No creo que haya circulado demasiado.
Sin embargo, la edición —como malagueña— es espléndida. Márgenes generosos,
elegante tipografía. Podría señalar, si tuviera paciencia para buscar ahora el
dato, el día exacto y la hora en la que empecé a leerlo y también cuándo lo
acabé. Fue durante un vuelo entre Filadelfia y Barcelona. Al aterrizar, por la
mañana, ya lo había concluido. Fue una lectura paradójica. Un viaje dentro de
otro viaje. Pero tuvo un aliciente. Acababa de convivir durante unos días con
su autor y el libro fue una suerte de entrar en detalle sobre asuntos de los que
poco antes me había hablado. Por ejemplo, las únicas notas que tomé estaban relacionadas
con el carácter premonitorio que había descubierto en algunos fragmentos donde
Aguado hablaba de las niñas de la India con un sentimiento paternal en el que creí
ver anunciado el nacimiento, en aquel momento reciente, de su hija. Fue una
lectura, se diría, privada del libro.
En
2010 DVD ediciones, en su colección de narrativa, la que se imprimía con
cubiertas de color negro, se reeditó La astucia del vacío. Cuadernos de Benarés
1987-2004, tal como se había publicado en la príncipe, pero con algunas erratas menos. Habían pasado unos
años, pocos, pero sobre todo lo apresurado de mi primera lectura me aconsejó una
segunda. Mi intención en aquel momento era escribir sobre el libro, pero no
recuerdo por qué, el tiempo pasó sin que lo hiciera. Ahora lo lamento.
Esta tercera edición del libro,
ocho años más tarde, ha resultado una auténtica sorpresa. El cambio de título
—ahora Benarés, India, Pre-Textos,
2018— es el símbolo de una reescritura. El origen de este libro se
encuentra en los cuadernos que a modo de diario Jesús Aguado fue redactando en
Benarés durante los años de su estancia en India y, en especial, en esta
ciudad. Para la escritura de La astucia
del vacío el autor seleccionó algunos fragmentos, los dató y los
transcribió para el libro. Pasados catorce años de su regreso de Benarés, y
escritos y publicados otros muchos títulos, Jesús Aguado ha querido para esta
tercera edición —dado que las editoriales que imprimieron las dos anteriores
han desaparecido ya hace años— reescribirlo. Ha revisado los cuadernos
originales y ha recuperado páginas que tal vez en su primera lectura le
parecieron poco interesantes, pero que con la perspectiva del tiempo han ganado
hondura, y al contrario, ha revisado los fragmentos publicados y con buen tino ha
retirado algunos que no añadían nada al conjunto. Ha borrado también las marcas
cronológicas, que solo tenían un valor testimonial, pero que quizá ocultaban la
profunda unidad que tiene el conjunto como vivencia profunda, sin fechas, del espacio y del tiempo. Ha realizado
pequeñas alteraciones en el orden, de modo que el libro ha salido ganando con
la mayor madurez de su autor. Y, aun para el lector que ya conocía el contenido,
resulta una sorpresa. No tanto porque haya aspectos novedosos, como por
la hondura que han ido ganando con los años las reflexiones del autor, sus
descripciones de la vida en India, el relato de sus sensaciones y en cada una
de sus páginas el fulgor de quien vive una relación amorosa de extremada
intensidad. Un amor a las calles polvorientas, a la destartalada bicicleta con
la que las recorre, a las aguas del Ganges, a la sabiduría ancestral que fluye
en su cauce, a la pobreza como cántico de la vida verdadera y al descubrimiento
paulatino de una filosofía vital que le transforma. Benarés, India es la crónica íntima de esa trasformación. Que lo es
del autor, pero también, como no podía ser de otra forma, en la que avanza acompañado del lector, porque la inmortal ciudad de Benarés es «Un espacio que nos piensa en voz alta a cada uno de nosotros».)
[Inédito]
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