Cuaderno de crítica literaria | José Ángel Cilleruelo

domingo, 4 de diciembre de 2016

COSMOGONÍA DEL DESEO. La obra poética de Mario Merlino


Voces comunes y otros poemas. Obra reunida 1977-2006
Mario Merlino
Fondo de Cultura Económica: Madrid, 2012
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Benito del Pliego (1970) realiza una interesante introducción a la poesía Mario Merlino (1948-2009) que parte de una tesis inicial: quien fue prestigioso traductor en vida y poeta desconocido merece que la posteridad invierta estos valores y le sitúe en la memoria literaria como un gran poeta. Voces comunes y otros poemas, que reúne dos libros impresos en vida y cuatro inéditos, es el primer argumento; pero acaso no el único, pues se anuncia que la obra inédita puede presentar una dimensión mayor. Acierta también Benito del Pliego al apuntar los dos primeros círculos que deberían reconocer a Merlino en su ámbito: la poesía argentina de la diáspora y la literatura de carácter homosexual. Ambos capítulos críticos, por cierto, aún por escribir. Se esfuerza también el prologuista en comprender el escaso eco de su poesía, incoherente con su calidad, al principio por la «inseguridad» del autor, y después por el «forcejeo» en el que se convirtió su diálogo con la época.  Descripción igualmente lúcida.
            Está por realizar la historia de la poesía argentina del siglo XX en la diáspora, donde Merino desarrollaría un papel protagonista. Pero un simple vistazo a la obra de sus compatriotas —José Viñals, Arnaldo Calveyra, Ana Becciu…— sugiere ciertas afinidades formales, acaso por las herencias poéticas compartidas, pero una diversidad temática y una disparidad de universos literarios con los que la obra de Merlino difícilmente puede dialogar. Acaso solo forcejear. Una obvia relación temática emparenta los libros centrales de Merlino con la poesía homosexual del siglo XX, a la que sin embargo se opone en los recursos formales utilizados y en la visión ideológica que siempre transmite un particular uso del lenguaje. Relación, pues, también de forcejeo. Pugna que igualmente mantuvo consigo mismo: desde una escritura rítmica con raíces irracionales camina hacia un equilibrio entre formas métricas convencionales y cierta dicción figurativa, que una vez conseguido deviene de nuevo magma rítmico lleno de rupturas: «gusta de endecasílabos feroces / no aprende a convivir con frases hechas». Una cita de Gracián con la que titula un poema se alza en lema de la obra: «el mundo se concierta de desconciertos». A la manera de Pessoa se podría afirmar que su forma de ordenar la memoria, el gran tema de la poesía de Merlino, es desordenarla con igual empeño que el presente.
            Las coordenadas temáticas que encauzan los libros de Merlino son esencialmente tres: los orígenes (familiares, biográficos, geográficos…), la iniciación erótica y las vivencias amorosas entre «residuos». El «concierto» de estas líneas temáticas se «desconcierta» inmediatamente mediante la fusión de los tiempos que corresponden a unas y a otra. Pasado y presente se entreveran en un tiempo mítico que los poemas fundan a la manera clásica, desde el origen de lo existente, casi como una cosmogonía privada. Este tiempo recreado neutraliza los significados convencionales que arrastra la memoria, para actualizarla en un presente mítico cuya dimensión trasciende la mera descripción fenomenológica. Convierte su biografía mítica en un canto al erotismo de la vida, él mismo nace de sí mismo («y nace así de mí macabro ser hermoso») y el viaje concluye con la metáfora erótico literaria del vampirismo. Esta transformación del tiempo le permite escribir el que tal vez sea el gran poema paidófilo del siglo, missa pedestris, en el que el poeta encarna el yo del menor aventurándose sin pudor por las galerías subterráneas del deseo.
            Cabe preguntarse por el futuro de esta poesía. Mientras los lectores reclamen una escritura descriptiva de las experiencias y no necesiten una visión de continuidad filosófica entre el ser y la condición, continuará siendo un poeta desconocido. La posteridad no ha de cambiar su valía, que este libro ya invierte, sino las expectativas de los lectores.

Quimera nº 359. Barcelona, octubre de 2013

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