Voces comunes y otros
poemas. Obra reunida 1977-2006
Mario Merlino
Fondo de Cultura Económica: Madrid, 2012
.
Benito del Pliego (1970) realiza una interesante
introducción a la poesía Mario Merlino (1948-2009) que parte de una tesis
inicial: quien fue prestigioso traductor en vida y poeta desconocido merece que
la posteridad invierta estos valores y le sitúe en la memoria literaria como un
gran poeta. Voces comunes y otros poemas,
que reúne dos libros impresos en vida y cuatro inéditos, es el primer
argumento; pero acaso no el único, pues se anuncia que la obra inédita puede presentar
una dimensión mayor. Acierta también Benito del Pliego al apuntar los dos primeros
círculos que deberían reconocer a Merlino en su ámbito: la poesía argentina de
la diáspora y la literatura de carácter homosexual. Ambos capítulos críticos,
por cierto, aún por escribir. Se esfuerza también el prologuista en comprender
el escaso eco de su poesía, incoherente con su calidad, al principio por la
«inseguridad» del autor, y después por el «forcejeo» en el que se convirtió su
diálogo con la época. Descripción
igualmente lúcida.
Está
por realizar la historia de la poesía argentina del siglo XX en la diáspora, donde
Merino desarrollaría un papel protagonista. Pero un simple vistazo a la obra de
sus compatriotas —José Viñals, Arnaldo Calveyra, Ana Becciu…— sugiere ciertas
afinidades formales, acaso por las herencias poéticas compartidas, pero una
diversidad temática y una disparidad de universos literarios con los que la
obra de Merlino difícilmente puede dialogar. Acaso solo forcejear. Una obvia
relación temática emparenta los libros centrales de Merlino con la poesía
homosexual del siglo XX, a la que sin embargo se opone en los recursos formales
utilizados y en la visión ideológica que siempre transmite un particular uso
del lenguaje. Relación, pues, también de forcejeo. Pugna que igualmente mantuvo
consigo mismo: desde una escritura rítmica con raíces irracionales camina hacia
un equilibrio entre formas métricas convencionales y cierta dicción figurativa,
que una vez conseguido deviene de nuevo magma rítmico lleno de rupturas: «gusta
de endecasílabos feroces / no aprende a convivir con frases hechas». Una cita
de Gracián con la que titula un poema se alza en lema de la obra: «el mundo se
concierta de desconciertos». A la manera de Pessoa se podría afirmar que su forma de
ordenar la memoria, el gran tema de la poesía de Merlino, es desordenarla con
igual empeño que el presente.
Las
coordenadas temáticas que encauzan los libros de Merlino son esencialmente
tres: los orígenes (familiares, biográficos, geográficos…), la iniciación
erótica y las vivencias amorosas entre «residuos». El «concierto» de estas
líneas temáticas se «desconcierta» inmediatamente mediante la fusión de los
tiempos que corresponden a unas y a otra. Pasado y presente se entreveran en un
tiempo mítico que los poemas fundan a la manera clásica, desde el origen de lo
existente, casi como una cosmogonía privada. Este tiempo recreado neutraliza
los significados convencionales que arrastra la memoria, para actualizarla en
un presente mítico cuya dimensión trasciende la mera descripción
fenomenológica. Convierte su biografía mítica en un canto al erotismo de la
vida, él mismo nace de sí mismo («y nace así de mí macabro ser hermoso») y el
viaje concluye con la metáfora erótico literaria del vampirismo. Esta
transformación del tiempo le permite escribir el que tal vez sea el gran poema paidófilo
del siglo, missa pedestris, en el que
el poeta encarna el yo del menor aventurándose sin pudor por las galerías
subterráneas del deseo.
Cabe
preguntarse por el futuro de esta poesía. Mientras los lectores reclamen una
escritura descriptiva de las experiencias y no necesiten una visión de
continuidad filosófica entre el ser y la condición, continuará siendo un poeta
desconocido. La posteridad no ha de cambiar su valía, que este libro ya
invierte, sino las expectativas de los lectores.
Quimera nº 359. Barcelona, octubre de 2013
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